Cuando queremos hacer comparaciones entre empresas el primer obstáculo que encontramos es las diferentes formas en que los estados financieros se han preparado. No decimos que estén mal preparados, solo que la ausencia de estandarización puede inducir a error en el análisis, de hay la importancia de la NIIF 18 que reemplaza a NIC 1 desde 2027.
Su principal objetivo es elevar los niveles de transparencia, comparabilidad y utilidad de la información financiera, facilitando el análisis y la toma de decisiones de los usuarios. Entre los cambios más relevantes, destaca la implementación de una estructura uniforme y obligatoria en el estado de resultados, incluyendo nuevos subtotales y la clasificación estándar de ingresos y gastos en tres categorías principales: operación, inversión y financiación. Además, se mantienen apartados específicos para impuestos y operaciones discontinuadas, siendo obligatoria la presentación de subtotales clave como el “resultado operativo”. La NIIF 18 también exige mayor transparencia en la comunicación de medidas de desempeño definidas por la gerencia, obligando a revelar y conciliar cualquier indicador no ajustado a NIIF en las notas complementarias. Se fortalece la agrupación y desagregación de partidas para evitar tanto el exceso de detalle como la falta de información relevante en los estados financieros y sus notas explicativas. En el estado de flujos de efectivo, la norma elimina opciones de presentación pasadas y acota la flexibilidad sobre cómo clasificar actividades entre inversión y financiación. Su aplicación será retroactiva, requiriendo la reformulación de información comparativa, aunque se permite la adopción anticipada si se informa debidamente. Estas modificaciones impactarán de manera transversal en las empresas, implicando la actualización de procesos y sistemas contables.