Como ser un mejor Jugador

  La respuesta es simple: siendo una mejor persona. Los cambios de año y celebraciones como los cumpleaños, estimulan la reflexión acerca de qué debemos hacer para lograr nuestros anhelos. Además de seguir puliendo su capacidad técnica, el jugador podría dar tres pasos para incrementar su calidad humana y así acercarse más a sus metas.

  El primer paso es reconocer que, pese a lo bueno que hizo en el período anterior, también incurrió en errores, negligencias, falta de esfuerzo, o en dosis imprudentes de soberbia, vanidad, adicción al elogio, oportunismo, materialismo y egocentrismo, todo lo cual le causa conflictos con amigos, compañeros y con su conciencia. Lo correcto es que él acepte que ha tenido, como toda persona, algunos de estos problemas y que se perdone a sí mismo, se declare la paz, suelte ese pasado, se reconcilie con su verdadero “yo” y rectifique de inmediato actitudes negativas, renovando en esta forma el concepto de sí mismo.

  En segundo lugar, es factible que en el año anterior, o antes, hayan aparecido personas que le hicieron daño, despertado su ira, rencor y hasta deseos de venganza, gente que le causó heridas perdurables. Incluso, podría estar arrastrando desde su infancia sentimientos negativos hacia esas personas, lo que hoy afecta su estado de ánimo, le impide disfrutar lo que hace y le lleva a tener conductas defensivas o agresivas que en nada le benefician. El jugador debe perdonarles porque así libera o alivia el dolor recibido y revitaliza el gozo por la vida. Perdonar no es olvidar sino recordar sin rencor, y eso requiere coraje y grandeza.

  Finalmente, el jugador necesita comprender el “para qué” ha valido la pena lo sufrido. Rescatar lecciones, cosechar aprendizajes y emprender el nuevo año con la mente y el alma serenas, puede ser el gran paso para dejar atrás amarguras, tristezas, y baja autoestima. Todo tiene un para qué. Con inteligencia y disciplina él se impide el estancamiento, porque en lugar de buscar razones o culpables sigue hacia adelante.

  Si el jugador tiene éxito en estas tres acciones, podrá ser una mejor persona, lo demás llegará por sí solo. La serenidad interior, la paz consigo mismo y con otros, le permite definir las adversidades como retos, incrementar su pasión por lo que hace, y ganar el apoyo de otros para alcanzar sus metas.

Más que obsesionarse con establecer objetivos para el nuevo año, el jugador destinado a triunfar recuerda que primero debe mejorar él, porque así esos objetivos se acercarán a su ser en forma natural.

Mejorar como persona repercutirá en el mejoramiento como jugador y en otros campos de la vida. Eso nos pasa a todos, ¿no es cierto que cada uno de nosotros es también un jugador en el partido del éxito y la realización integral?